10 REFLEXIONES DE ALFONS RODRÍGUEZ

1. Creo que a nivel de producción, de investigación previa y de trabajo sobre el terreno, no ha cambiado prácticamente nada con el paso de la fotografía analógica a la digital. Podríamos hablar, tal vez,  de un 10%.
Ahora sabes que tienes la foto porque cuando disparas la visualizas al instante en la pantalla de la cámara y antes eso se mantenía en incógnita hasta que revelabas. Aunque el instinto también ayudaba a saber si tenías la foto o no.  Cuando una acción concreta se está desarrollando en el tiempo y en el espacio y tú lo captas con tu cámara difícilmente se va a volver a repetir del mismo modo. O lo tienes o no, da igual si disparas con digital o con película.

 

Se podría decir que ha cambiado algo en el sentido práctico: Cómo envías  el material a un editor gráfico o a un medio de comunicación. Ahora se envía todo por Internet, es mucho más rápido y no hay riesgo de que se pierda  información y material,  tú conservas siempre el archivo original y antes tenías que enviar negativos o diapositivas  y si se llegaban a perder era una tragedia. Más de un caso hubo.

 

2. La fotografía es la mirada del fotógrafo y no la cámara o la tecnología. En muchas ocasiones hemos oído el estereotipo o topicazo erróneo de “es que con esas cámaras quién no hace una buena foto”. Por supuesto, dentro de una gama de cámaras profesionales  de alto nivel, el que es profesional trabaja mucho más cómodo porque tiene más resolución, la medición es mucho más fidedigna, la calidad de las lentes es superior… etc, eso es obvio. No digo que haya que trabajar con una cámara de poca calidad, porque la clave del fotoperiodismo está en una buena historia, pero que esté bien explicada y que esté bien explicada no solo es el discurso, la narración y el lenguaje que utilizas, sino también que técnicamente tenga una calidad excelente y profesional.  Pero la marca de la cámara es una anécdota. Es como si a un periodista le preguntaran si escribe con un Mac o con PC. ¿ Qué sentido tiene eso?.

 

3. Para mí la aparición de los smartphone no ha cambiado en nada mi forma de trabajar, aunque quizás ha añadido algo a lo que vengo haciendo desde hace años que es el tema de alimentar mis redes sociales y mantener el contacto con la gente también por ese método.

 

La fotografía con smartphone ha modificado aspectos a nivel informativo: por ejemplo el hecho que cualquiera pueda ejercer el fotoperidismo ciudadano,  sobre todo en cuanto al receptor del mensaje que lo recibe al instante y allá donde se encuentre. Lo que antes era impensable,  es decir que hubiera un fotógrafo en el momento y lugar oportunos en un acontecimiento imprevisible, ahora es algo superado: porque todos sabemos que  llevamos un teléfono en el bolsillo y cualquiera puede hacer una foto de lo que está sucediendo. Será mejor o peor en cuanto a calidad, pero el documento informativamente hablando, como testimonio, existe.

 

4. Considero que hacer una foto con una cámara de gama media o alta y luego pasarla a Instagram es, perdonadme la expresión, “una estupidez” porque Instagram está ideado para que hagas fotos con el móvil, de forma instantánea o inmediata y la subas. A partir de ahí todo el mundo es libre de hacer lo que le plazca.

Si yo hago una fotografía con una cámara de varios miles de euros y la reduzco y reencuadro para subirla a Instagram, parece algo absurdo. Instagram es una herramienta pensada para un Smartphone o una tablet, pero no para hacer una foto con una cámara profesional, cara y sofisticada.

 

5. La época dorada del fotoperiodismo todos sabemos cuál fue: la de Capa, Taro o Cartier Bresson entre otros pioneros. Luego llegó una época (los años 80 ó 90) en la que el fotoperiodista trabajaba mucho, había grandes trabajos y los medios se involucraban en ellos dándoles difusión y espacios importantes. Se le daba más importancia al trabajo que no a la figura de los propios fotoperiodistas, como si fueran una especie de estrellas del rock, que es lo que pasa ahora.

Más tarde aparecieron las redes sociales y los fotoperiodistas empezaron a opinar, a publicar sus fotos y alcanzar un público más amplio, esto ha hecho que el profesional aumente su proyección más allá del mundillo específico del fotoperiodismo.
Las redes sociales son una buena herramienta de difusión y de marketing,  porque mucha gente te sigue y comparte lo que dices, ayudando a difundir tu mensaje. Que en definitiva es lo que pretendemos cuando explicamos o denunciamos algo.

6. No creo que las redes sociales hayan cambiado el fotoperiodismo en si  mismo,  han ayudado a cambiar la difusión de los trabajos y de las historias explicadas. Si no existiera Facebook la persona que ha ganado el último World Press Photo lo hubiera ganado igual, en el sentido de que él no hizo esa foto para ponerla en Facebook y gracias a eso le hayan dado el premio. Él ha hecho su trabajo igual, pero yo ( por ejemplo) me enteré de que esa foto había sido la ganadora a través Facebook, y por tanto fui consciente de la historia que explicaba a través de esa red social.

 

7. Desde mi punto de vista un fotoperiodista que  considere que está trabajando de forma rigurosa y que quiera sentar sus principios y demostrar que no está de paso, no puede basar la difusión de su trabajo solo en redes sociales o en determinado tipo de webs. Lo que se publica en una web es algo efímero que se va a perder en un océano inmenso de imágenes y de información. Puedes trabajar  y que tus fotografías se vayan a ver en Internet porque  eso es una realidad ya irreversible, pero al final tu meta debe ser publicar en medios de comunicación digamos clásicos, como periódicos y revistas,  editar un libro, una exposición, etc.

Para cualquier fotoperiodista, empiece ahora o esté consagrado, editar un libro es algo básico. Yo creo que la esencia sigue ahí, en lo que perdura, en lo que se conserva.

 

8.  Las agencias de noticias basan su trabajo en la inmediatez y no creo que esten interesadas en tener a un gran fotógrafo sobre el terreno, porque ya no es rentable y hoy en día un riesgo en muchos lugares. Lo que están haciendo es buscarse colaboradores locales a los que les dan un teléfono que ya tiene Internet incoporado o quizá  una cámara a un fotógrafo local para que actúen en puntos muy concretos y estén muy metidos en lo que está ocurriendo. Además, al ser gente  que domina mucho más el terreno y pasa desapercibida ( no siempre carente de riesgos). Eso proporciona inmediatez y multiplica las oportunidades de tener la foto-noticia.

 

9. Por otro lado podemos hablar de las agencias de reportajes más profundos. Cada vez hay menos y las que hay, aunque no suelo trabajo con ellas, son el estandarte que queda del fotoperiodismo de agencia. No sé si tienen mucho futuro, que ojalá sí. Hay que tener en cuenta que  el fotoperiodista freelance sigue ahí,     trabajando por su cuenta,  y que en la actualidad tenemos más posibilidades de comunicarnos con un medio de un país extranjero vía Internet o en los certámenes y festivales del sector, por tanto la necesidad de tener a un intermediario que se quede con la mitad del rendimiento de nuestro trabajo es menor.

 

Muchos decimos que hemos publicado en el New York Times o en The Times, etc. pero en la mayoría de ocasiones es a través de una agencia. ¿Cuánto te han pagado? Dices que has publicado en The Times y es legítimo y es un gran logro, por supuesto, pero te han pagado 80€ porque te han dado el 40% de lo que han cobrado por la foto. Es normal que el fotógrafo quiera intentarlo de forma independiente, por su cuenta.

 

10. La situación de la prensa hoy día no es fácil, el sistema está cambiando o ha cambiado ya. ¿Para qué vas a comprar un periódico a la mañana siguiente si en Facebook o Twitter ya lo has visto todo la noche anterior?. Política, deportes, internacional, sociedad… uno se entera de todo en Internet o en las redes sociales. por tanto la pregunta podría ser:  ¿Qué tiene que ofrecer un periódico para mantener el interés del público? yo diría que grandes reportajes, explicados en profundidad, con alta calidad narrativa en sus imágenes, que es lo que precisamente cuesta encontrar  en las redes sociales.  Por lo tanto, si no apuestan por eso no sé  qué futuro tienen, pero lo tienen difícil. Van a tener que evolucionar hacia algo en ese sentido.Es solo mi opinión y no pretendo sentar cátedra, pero todo indica que por ahí van los tiros.

Otra tendencia que ha llegado para quedarse es la de autopublicarse, tanto libros como reportajes en revistas propias online, lanzadas por grupos de fotógrafos que quieren explicar las cosas como ellos las han visto y no como las interpreta despues un medio de comunicación. Aqui tienen su espacio muchas historias interesantes que no lo tienen en los medios dec comunicación casi nunca.

 

ALFONS RODRÍGUEZ

Alfons RODRIGUEZ

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