10 REFLEXIONES DE GUILLEM VALLE

1. El paso de analógico a digital fue casi un marrón. Yo estaba acostumbrado a tirar con “un 36 fotos” y no verlas, a saber cuándo hacia “la foto buena” que podía ir al diario y tenía “más mala leche” a la hora de tirar y clavar la foto. Disparaba menos, pero iba más al tajo y a nivel de trabajo era más fácil porque te pasabas por la redacción, dejabas el carrete y ahí acababa tu trabajo. Cuando me pasé al digital me encontré con que podía disparar infinitamente… El problema es que luego tienes que llegar a casa, editar, encontrar la foto… A mí me ha dado más trabajo, pero la transición de analógico a digital fue así, sin más.

Por otro lado con la evolución de las cámaras digitales lo que se puede hacer tras un proceso de postproducción es interesante, cosa que con película no podías conseguir si no te tirabas cinco horas en el laboratorio revelando. Además, viajando es más fácil enviar fotos actualmente. Sin embargo, ahora estoy pensando en volver a la película e incluso a las placas en todos los proyectos en los que no necesito inmediatez y busco otro soporte.

 

2. Memo Magazine surge como respuesta a esta situación que tengo no solo yo, sino todos mis compañeros. Decidimos empezar nuestro propio proyecto para salir de nuestra precariedad y sentar las bases para otra gente que haga lo mismo y no confíe en grandes empresas que te condenan a la precariedad.

 

3. En Memo Magazine nos hemos juntado para sobrevivir, pero digamos que esa intención es casi residual porque yo llevo quince años en el fotoperiodismo y todavía no me he muerto de hambre. Todo el mundo se queja de que el fotoperiodismo está muerto, pero nosotros creemos que está muerto el modelo de negocio que gira en torno al fotoperiodismo y que el fotoperiodismo está en su mejor momento. El fotoperiodismo no está muerto, el modelo sí.

Estamos un poco cansados de oír sobre todo a los viejos dinosaurios decir que hay que encontrar un nuevo modelo y de que nadie lo ponga sobre la mesa. Así que decidimos liarnos la manta a la cabeza y apostar por algo. Quizás Memo no sea la forma y no pretendemos ser el paradigma del cambio porque antes de inventar la bombilla se inventaron mil maneras de cómo no hacer una bombilla. Pues esto es lo mismo. Quizás Memo es una de las mil maneras en las que no se tiene que seguir para adelante, pero tampoco tiene sentido que sigamos quejándonos sin hacer nada.

 

4. En cuanto a la transición del papel al digital, muchos medios se han limitado a pasar la información del diario a la tablet, pero se podría hacer muchísimo más y por ahí es por donde Memo Magazine ha tirado. El proyecto en sí soluciona varios frentes, por un lado el de sobrevivir y por un lado el de hacer algo en fotoperiodismo que no se ha hecho hasta ahora. Esto no quiere decir que mañana no salgan cincuenta Memo, pero para nosotros eso querrá decir que estamos en lo correcto.

 

5. En Memo Magazine hacemos mucho hincapié en la fotografía documental, que prácticamente no tiene espacio en los medios de comunicación actuales. Una de las cosas que nos hemos encontrado siempre en los medios de comunicación, sobre todo españoles, es que cuando le envías una historia a un editor, si tienes suerte de que te conteste, su respuesta más habitual es que la historia no interesa. Le ofreces una historia sobre las minas de minerales en el Congo que no ha hecho nadie y te dicen que eso no interesa. “¿Qué cojones interesa? Con perdón”. Lo peor de todo es la falta de interés o prepotencia con la que algunos medios de comunicación dicen que una historia no interesa. Si tú no apuestas por la calidad y apuestas por lo banal, la gente al final se acostumbra a eso y es lo que quiere.

 

6. La gente está actualmente muy acostumbrada al vídeo. Que en una noticia en cualquier portal de Internet o cualquier medio online haya fotografías y vídeo y la gente vea el vídeo, a título personal me gusta, porque significa que después de ver la fotografía se queda con ganas de ir más allá. Mediante la fotografía se pueden documentar cosas pequeñas, pero que a la vez cuenten grandes historias con una capacidad de abstracción y de reflexión enormes. Puedes documentar con veinte fotos cosas más conceptuales que con un documental de cuatro horas. Al menos esa es mi visión concreta de la fotografía documental, con la que no coincidirán muchos compañeros.

En ese espacio entre la fotografía documental y lo artístico es donde creo que está el futuro del fotoperiodismo. Fotografiar un suceso porque pasabas por allí ya lo hace todo el mundo.

 

7. Hay una discusión en torno a los puntos negativos de las redes sociales en el fotoperiodismo, sobre todo a nivel de egos. Las redes sociales están muy bien en cuanto a temas de difusión, pero son un poco peligrosas en ese aspecto. Hay que estar ahí, pero no hay que hacerle tanto caso a los likes y los comentarios.

Utilizo Facebook como promoción, pero con cuidado. Sí que he tenido algún trabajo que me ha costado vender, por no ser muy típico y al haberlo puesto en Facebook sí que he recibido la llamada de algún editor para pedirme que se lo enviara. Pero creo que estos son casos aislados, porque si esta es la manera de trabajar lo veo «un poco jodido».

 

8. Con la crisis, a lo que antes se le “ha metido mano” en los medios de comunicación ha sido a la fotografía, cuando la fotografía es lo primero que se ve en una noticia. Existe cierta devaluación por parte de los que dirigen y por parte de los periodistas. Yo creo que es un problema educativo no valorar la fotografía como otra forma de contar historias y como una forma muy importante de hacerlo.

 

9. En España no se invierte en mandar fotógrafos fuera y hacer coberturas propias. Los estándares que tienen las grandes agencias, que son en el fondo muy similares, hacen que al final veamos el mundo filtrado por cuatro agencias internacionales con sus intereses, sus agendas y cuestiones que van mucho más allá de la calidad fotográfica. Así es como está el tema y es un grave error no apostar por producción propia.

En cuanto a la evolución en los próximos años, las grandes agencias siempre van a estar ahí, con menor o mayor presupuesto, pero por otra parte creo que van a surgir muchas iniciativas nuevas, propias, autónomas e independientes y creo que el fotoperiodismo va a ir en paralelo a estas dos cuestiones.

 

10. Hay un montón de clichés alrededor del fotógrafo que se mantienen y uno de ellos es que hace falta pertenecer a una de las grandes agencias para ser un fotógrafo reconocido y de prestigio, pero esto es una falacia. Muchos profesionales, gente joven y gente no tan joven se está dando cuenta y está creciendo con proyectos más pequeños, de más calidad, con otros planteamientos. Para mí las agencias son como el McDonalds de la fotografía.

Además en España somos muy catetos en el sentido de los clichés y si no te han dado una paliza o te han secuestrado, no te tienen en cuenta como fotoperiodista. Es parte de la hipocresía de muchos medios.

 

GUILLEM VALLE

GUILLEM VALLE

2 Comments

  • Responder mayo 22, 2015

    Asier Lasarte

    Todo el animo que puede darse para una buena iniciativa.

    El problema parece que persiste mas adelante de los inicios. Como experiencia personal, tras unos 18 meses trabajando sin parar y sin haber conseguido publicar nada por que en España lo quieren todo de gratis.
    Los proyectos personales, o de colectivos, como este son los que muestran realmente como es el mundo, sin filtros, sin censura y con un ojo critico. Seguid con el buen trabajo!

    • Responder mayo 22, 2015

      estela

      Muchísimas gracias Asier.

      Es un proyecto que nos apasiona y es genial leer comentarios como este. Un abrazo fuerte y ¡toda la suerte del mundo!

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