1. Las grandes agencias siempre aportaron y siguen aportando al fotoperiodista visibilidad de sus trabajos. Cada vez más las agencias se están dando cuenta de que la calidad es una obligación para la supervivencia en estos momentos de crisis que vivimos y en el aspecto gráfico creo que lo están haciendo bien.
Ahora es el momento de que los periódicos apuesten de una manera decidida por la calidad en la producción y la edición de fotografías y vídeos. La calidad es el camino para la supervivencia.
2. Puede que te sea rentable a largo plazo publicar una foto en redes sociales para poder darte a conocer, pero corres el peligro de que entiendan que trabajas gratis y en el momento que ofrezcas un trabajo piensen que lo que quieres es publicarlo sin cobrarlo. Hay que pensar mucho cuándo hacerlo y cómo.
3. No creo que el smartphone pueda acabar con la profesión de fotoperiodista tal y como la conocemos hoy. La base principal de mi trabajo es con cámaras fotográficas, pero alguna vez he publicado fotos realizadas con un smartphone y lo utilizo diariamente para transmitir las fotografías.
Debemos pensar más en que nuestro trabajo se verá en la web y trabajar de acuerdo con esa idea. Pensar que no es necesario enviar las fotos rápidamente, hacer vídeos y multimedia para nuestros periódicos no es la mejor idea para evolucionar. Cualquier herramienta que sirva para agilizar nuestro trabajo es buena.
4.Las redes sociales han impactado en toda nuestra vida, en la personal y en la profesional. En el fotoperiodismo está la ventaja de la gran rapidez en la difusión y el peligro de la falta de fiabilidad de lo que se publica.
5. En cuanto a los problemas de derechos de imagen, alguna vez varias webs, algún periódico y alguna televisión ha utilizado fotografías mías publicadas en la web de El Periódico sin permiso. Aparte del envío de factura y decirles que dejen de utilizar las fotos si no tienen permiso, poco más se puede hacer con las leyes españolas actuales. Haría falta que la ley fuera más contundente y rápida con la utilización sin permiso de trabajos.
6. Las situaciones de aislamiento, los smartphone y las redes sociales han sido sin duda los que han acelerado, sin duda, la visibilidad del fotoperiodismo ciudadano. Sin ellos la respuesta de la ciudadanía a los gobiernos sería la misma, pero mucho más lenta.
7. No creo que debamos mirar al fotoperiodismo dependiendo de qué tecnología utilicemos. Siempre aparecerá alguna novedad que nos cambie el esquema de nuestra manera de trabajar. Yo disfruto hoy tanto haciendo un vídeo como haciendo fotografías. Lo que no debe cambiar es nuestra idea de qué es esta profesión y para qué la ejercemos.
8. Si nos preguntamos acerca de los cambios que va a sufrir el fotoperiodismo en los próximos años, los cambios técnicos me importan menos porque creo que los fotoperiodistas nos adaptamos rápidamente. Técnicamente cambiamos mucho y muy rápido. Hay que cambiar hacia un fotoperiodismo en el que la ética sea una herramienta básica. Habría que llegar al punto de que una foto hecha por un profesional del fotoperiodismo no debería ser cuestionada ni por los medios ni por la sociedad.
9. El valor que debería aportar el fotoperiodista al fotoperiodismo sería el de la ética. No nos beneficia nada querer ganar concursos o ser famosos por fotos montadas o manipuladas. Pierde el fotógrafo que lo haga y pierde el fotoperiodismo.
10. A alguien que quiera empezar su carrera en el fotoperiodismo le diría que empieza en un momento difícil, pero que en la vida no hay que dejar de hacer lo que uno cree que tiene que hacer. Y si es fotoperiodismo lo que quieren, que piensen en que mucho más importante que una buena cámara es trabajar honesta y éticamente.
JOSÉ LUIS ROCA
