10 REFLEXIONES DE EVA PAREY

1. Hay que reconocer que la tecnología digital ha favorecido enormemente la producción y la inmediatez con la que se puede disponer del material realizado. Desde el hecho de poder revisar las fotografías una vez tomadas, hasta el propio proceso de revelado. Aún y todo, sigo concibiendo la fotografía digital como una evolución de la fotografía química.

 

2. Un fotoperiodista o un fotógrafo no lo es por el tipo de herramienta que utiliza para capturar imágenes, si no por el lenguaje visual, el discurso y la forma que tiene para abordar una historia, temática o realidad. Por tanto, los smartphones no deberían para nada afectar en el ejercicio del fotoperiodismo, si no que son una opción más para llevar a cabo la profesión. Para mí, concentrar la atención en la producción de un trabajo en la propia cámara fotográfica, es como debatir si la calidad literaria o la producción de hoy día depende del medio de escritura. Es indudable que el medio ayudará a realizar ese trabajo, pero para nada puede sustituir la creatividad, ni el enfoque del autor que lo produce.

 

3. Quizás el miedo a los smartphones en cuanto a que pueden afectar al fotoperiodismo, viene infundado en que muchas personas disponen de un smartphone y por tanto son potenciales fotoperiodistas. Sin embargo, también todo el mundo dispone de lápiz y no es dibujante o bolígrafo y no es escritor. Lo que sí que es importante, es que se regularice bien por parte de los medios, la publicación del material gráfico, de forma que en imperativo haya una remuneración al autor que publica y por tanto éste tenga que ser profesional. Toda foto publicada se debería pagar con una tarifa que cumpla unos mínimos. A su vez, podría existir una sección gráfica abierta en todos los medios para que cualquier ciudadano pueda publicar sus imágenes, de la misma manera que existe la sección ‘cartas de los lectores’. Luego, Internet ofrece un sinfín de canales para que un aficionado pueda publicar su trabajo, pero la experiencia de un profesional debería notarse también en la calidad del trabajo resultante y eso se consigue con la práctica habitual.

 

4. Las redes sociales son un medio de comunicación en sí mismo que va en paralelo a los hegemónicos o institucionales. Con la reducción de espacios en prensa donde poder contar historias fotoperiodísticas, las redes sociales son un acceso libre y directo para dar luz a cualquier historia de calidad que sea de interés general.

 

5. A mí el problema de los derechos de autor de las imágenes me afecta en la misma medida que entiendo le puede pasar al resto de mis colegas. Cualquier fotografía colgada en Internet es susceptible de ser utilizada por cualquier persona o entidad que considere que su uso tiene sentido. En muchos casos no hay solicitud, las fotografías se comparten como si fueran cualquier artículo abierto. Falta conciencia colectiva sobre el uso responsable de las imágenes.

 

6. La fotografía tiene un peso muy importante, pues en una sola imagen pueden concentrarse varias ideas contextualizadas. Por tanto, la mirada del fotoperiodista es sustancial porque puede llegar a ser la memoria histórica de una sociedad. No creo que eso cambie nunca. Lo que cambiará será la forma de capturar o crear las imágenes y la forma de difundirlas.

 

7. En la actualidad muchos fotoperiodistas son también videoperiodistas. Como las cámaras digitales pueden grabar video, a los fotoperiodistas se nos pide capturar video para realizar después videos multimedia donde se combinen videos y fotos. Por tanto, nos hemos tenido que formar en narrativa visual en imagen en movimiento, porque el video y la fotografía aunque trabajan con la imagen, tienen cada uno su propio lenguaje. Éste es un ejemplo de cómo la tecnología ha cambiado o ampliado nuestro ámbito de trabajo.

 

8. Desgraciadamente en los medios de comunicación han desaparecido demasiadas secciones de actualidad y los magazines han dado un giro a sus contenidos orientados más al ocio y al entretenimiento. El público interesado en el fotoperiodismo sigue existiendo, solo que a veces tiene que buscar otros canales para poder estar informado. Que un reportaje no sea publicado no significa que no tenga calidad, sino que no se adapta a los intereses que tenga un medio para publicarlo en un momento concreto, o que se considere que la temática que aborda no sea suficientemente actual, aunque también puede ser que el enfoque no encaje.

 

9. Desde luego, en situaciones de conflicto donde la coerción y la censura no ha permitido que los fotoperiodistas profesionales puedan trabajar, el fotoperiodismo ciudadano es de gran ayuda y debe ser considerado.

 

10. Considerar que una profesión se reduce únicamente al medio utilizado para ejercerla, es devaluar mucho esa profesión y desgraciadamente, la fotografía, desde casi sus inicios ha sido considerada un arte menor, porque la facilidad que ofrece de captura con tan solo apretar un botón, hace creer a muchos que componer, comunicar y crear es un acto simple, pero es mucho más complejo. Una mayor educación visual en nuestra cultura daría el valor que merece la fotografía como disciplina.

 

EVA PAREY

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